Máncora no es tan conocido como la magnética ciudad de Cuzco, capital del imperio abatido de los incas o de la insustituible y eterna Machu Picchu.
Sin embargo poco se habla de sus inmensos arenales acariciados por un mar tibio con olas perpetuas y sol radiante casi todos los días del año.
Máncora es la perla del país andino, su faceta más desconocida. situada en el litoral del norte peruano, allí donde asoma Ecuador.
Un tesoro alejado de las grandes masas turísticas
Al resguardado del turismo masivo, en Máncora en el estado de Piura, los viajeros disfrutan de un hermoso pueblo costero.
Parada obligada para los viajeros de la ruta Panamericana ya que esta situado en el kilómetro 1165
Un desastre natural, termino de configurar la geografía Máncora
De la catástrofe surgió también una nueva línea de costa moldeada por los deslizamientos de lodo que trajeron las lluvias torrenciales.
El mar se retiró varios metros y surgieron las maravillosas playas que hoy bordean su ensenada donde antes había un alto risco.
Al hilo de esta mutación, Máncora se multiplicaron los hoteles con encanto que se enredan entre las palmeras frente a la inmensidad del Pacífico.
Las Pocitas la más bella
Llamada así por las innumerables piscinas naturales que la bajamar provoca entre las rocas.
Esta rodeada de coquetos y sencillos bungalow de madera con techo de paja parecen una extensión más de la naturaleza tropical y frondosa.
Desde Las Pocitas, se pueden recorrer kilómetros de arena en playas que se suceden y en las se puede caminar a ras de la olas, sintiendo el azote de la brisa marina.
Máncora y su ambiente puramente marinero
Tanto si paseamos al atardecer como al amanecer y nos acercamos al muelle podremos ver los barcos salir y entrar desde la orilla.
Alojarse en alguna de estas cabañas son una experiencia única, e ideales para visitar las playas infinitas de Vichayito y después a la de Los Órganos y más allá a la de Cabo Blanco y Lobitos…